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  • Luisa Paiz - @LuisisMPB

El beisbol me hizo amar a Messi

Fiel a los colores de los Bravos, siempre simpaticé con el Barça, pero lo mejor estaba por venir. Recuerdo que el nombre de Messi empezaba a sonar en los canales de deportes.

Siempre me gustaron los deportes, fue el ejemplo de mi hermano mayor (quien no se perdía ningún partido) que nos enseñó, a mi hermana y a mí, todo lo relacionado a deportes.

Vi a los Bravos de Atlanta ganar la Serie Mundial de 1995, fue una felicidad indescriptible, ver el pitcheo casi perfecto de Tom Glavine, el homerun de David Justice, ganar 1 a 0 el juego 6 de una Serie Mundial, se sentía muy bien ser fanática de un equipo ganador. Y erróneamente pensé que ganar era fácil. Luego, los vi perder la Serie Mundial del 96, contra los Yankees. Y así de catastróficas fueron las siguientes temporadas, en donde teniendo al mejor pitcheo de las ligas mayores, con Maddux, Glavine y Smoltz, no pasó nada más. 14 años consecutivos llegaron a los playoffs y no hubo ningún otro éxito.

Los fanáticos de los Bravos, nos “acostumbramos” a verlos jugar en Octubre, tal era la costumbre que estuvieran en postemporada, que el estadio ni se llenaba para los juegos. Vi cómo cada uno de las estrellas del equipo se empezó a desvanecer, y su habilidad se iba perdiendo con el paso del tiempo… el retiro de Chipper Jones, y después el de Bobby Cox, marcaron el fin de una etapa.

Cuando esa época terminó, quería regresar el tiempo, y disfrutar más, esa única Serie Mundial, y cada uno de los partidos que habían ganado… ya era muy tarde. No solo no volvieron a ganar, hoy son de los peores equipos en la MLB.

Fiel a los colores de los Bravos, siempre simpaticé con el Barça, pero lo mejor estaba por venir. Recuerdo que el nombre de Messi empezaba a sonar en los canales de deportes. No tardé mucho en darme cuenta que estábamos frente a un futbolista único. Me quedé maravillada por el talento, velocidad, precisión, “facilidad” y habilidad que tenía. Y así como crecía la admiración de algunos, también se alimentaba el odio de otros. Ese talento, unido a una generación maravillosa de jugadores, es el resultado de una etapa preciosa del futbol, muy difícil de repetir.

Son muy pocos los que la valoran de verdad. Sobre todo “periodistas” cínicos y sin respeto, ni a las personas ni al deporte, que solo destruyen con palabras ese imperio de belleza futbolística.

Por eso, el béisbol me enseñó a amar a Messi, a Suárez, a Neymar, amar al Barça, y a cada uno de los jugadores que semana tras semana, nos regalan una felicidad inmensa. Por el béisbol aprendí a disfrutar esas etapas únicas e intensas del deporte, que nos permiten ser testigos de la historia. Basta ya de comparaciones y exigencias absurdas, piensen, y dense la oportunidad de disfrutar, con sus propios ojos, al mejor jugador del mundo: MESSI.

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