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  • Writer's pictureEugenia Károlyi

El dilema de la mini-falda

MI DEBATE MENTAL DEL DÍA A DÍA

Mientras pienso que me voy a poner para el último partido de la temporada en el Camp Nou entre el Barça y el Espanyol, me doy cuenta que partido a partido debato más conmigo misma y con mi closet sobre el atuendo “adecuado” para ir a un estadio. Hay una linea muy delgada entre vestirse para llamar la atención y vestirse para ganarse el respeto de los colegas. Las mujeres lo tenemos particularmente complicado.

Una buena causa me lleva a un debate mental constante entre la feminidad y el feminismo en mi cabeza: ¿Te tapas arriba y te destapas abajo o vice versa? ¿Permites que tu closet lo definan las opiniones de otros? Me he encontrado con opiniones completamente opuestas…

Los comentarios de pasillo nunca fallan. Por un lado, la colega que amable y exageradamente te dice: “con ese cuerpazo y tan tapada… ¡Aprovéchalo que estamos en un mundo de hombres!”. Del otro extremo, el periodista deportivo referente, de reputación intachable me dice: “te felicito por tu trabajo, no eres una mujer más en este medio enseñando todo para que la tomen en cuenta.” Algo no me queda claro, ¿me felicita por mi trabajo o por ser de las pocas mujeres en el mundo del futbol que no sale en pelotas cuando escribes su nombre en Google? ¡Ah! Pero Dios me guarde de poner una foto en bikini… ¡EN LA PLAYA! Mejor me compro un burkini para no dañar mi intachable reputación de “periodista”.

¿Dónde está el límite entre la feminidad y el feminismo? Ya no nos basta con hacer nuestro trabajo lo mejor posible, también tenemos que acatarnos a perspectivas sociales sobre los centímetros de carne que hay entre la rodilla y la tela. Personalmente, he notado como mi armario ha cambiado de identidad desde que llegue a España, fuera los micro-vestidos y mis pies han decidido quejarse demasiado rápido en lo que se me ocurre sacar un par de tacones del closet. Quizá por la costumbre de ir en mis adidas favoritos del momento, pero ¿a que mujer no le gusta (o gustaría) ir montada por la vida sin sufrir? Me gustan mis tacones, me gusta sentirme sexy, y no menos inteligente por enseñar un par de centímetros más de las buenas piernas que afortunadamente Dios me dio.

Eventualmente decidí cambiar los tacones de aguja por plataformas y los micro-vestidos por shorts, la combinación perfecta para estar cómoda y seguir sintiéndome femenina sin la necesidad de ponerme una falda de lentejuelas para un partido de futbol. ¡No me lo invento! Lo he visto con mis propios ojos. Sin embargo, aún me pregunto ¿que pasaría si me presentara en shorts y plataformas en el Camp Nou? Claramente no es lo mismo que ir al estadio en Miami, donde lo extraño sería ir en pantalón largo. Coco Chanel nos diría que lo principal es vestir acorde con la situación, el lugar y el CLIMA.

Tengo muchas amigas dentro del mundo del futbol y todas vivimos el constante debate entre sentirnos guapas y dar una imagen profesional. El típico “que no piensen que trabajo aquí porque me quiero ligar a un futbolista”, ¡Ja! Habrá las que si pues, normal, pero muchas estamos por el futbol (principalmente), y eso no nos hace menos femeninas, menos guapas, o menos sexy. Al final, es cuestión de estar cómoda contigo misma, en tu propia piel y… ¡Al diablo con las opiniones ajenas!

Finalmente decidí irme al Camp Nou con mis leggins de “Gatúbela” (hay quienes les llamarán de puta), botas planas y altas, (porque llovía y me tocaba caminar bastante,) camiseta blanca y chaqueta moderna. Alguien me comentó en Facebook que parecía que me iba de cacerìa… Pues yo me sentía cómoda, sexy y super ad-hoc. ¡BINGO!

Además, no me gusta la caza…

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